París. Más de 45 millones de franceses votan hoy en el primer
turno de la elección presidencial, para escoger entre 10 candidatos,
con el socialista François Hollande como favorito sobre el actual
mandatario, Nicolas Sarkozy.
Los sondeos más recientes
pronostican un resonante triunfo de Hollande frente a Sarkozy en el
balotaje del 6 de mayo, luego de una primera vuelta a la que ambos
llegan con cierta paridad en intención de voto, aunque con una leve
ventaja en favor del candidato socialista.
Los 85 mil centros de
voto abren sus puertas por la mañana y permanecerán abiertos hasta las
20 en las grandes ciudades, mientras que el millón de franceses que vive
en el extranjero y en territorios de ultramar comenzó a votar ayer.
Muchos
ven a estos comicios más como un referéndum sobre el gobierno de
Sarkozy que como una posibilidad de elegir al segundo presidente
socialista en la historia de Francia después de François Mitterrand
(1981-1995).
Antes del comienzo de la veda electoral se dieron a
conocer las últimas encuestas, según las cuales el socialista obtendría
hoy entre el 30 y el 29 por ciento de los votos, mientras que Sarkozy se
quedaría con entre el 26 y el 24 por ciento.
Ante estas previsiones, deberán verse de nuevo las caras dentro de dos semanas.
Por el tercer puesto. El principal misterio de hoy gira en torno a quién finalizará en tercer lugar.
La candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, del Frente Nacional,
obtendría el 16 por ciento y mantendría una leve ventaja sobre del
aspirante de extrema izquierda, Jean-Luc Melenchon, quien se alzaría con
el 14 por ciento.
El centrista Francois Bayrou, con el 10 por ciento, finalizaría quinto, según el sondeo de Ipsos.
En
la segunda vuelta, el socialista se impondría con el 55 por ciento de
los votos contra el 44 por ciento de su adversario de derecha, según una
encuesta de la misma consultora.
Entre las 375 encuestas que se
realizaron en la previa, una publicada ayer por el canal M6 da cuenta de
que el 23 por ciento de los electores está indeciso.
Los
candidatos cerraron sus campañas el viernes. El equipo de Hollande se
mostró confiado en su victoria. “Podemos ganar, ganar por nuestras
ideas, por Francia. Vamos a ganar. Nuestra victoria será irreversible”,
lanzó el socialista dejando de lado su habitual prudencia.
Por su
parte, Sarkozy agitó otra vez los fantasmas de la crisis, comparó a
Hollande con el ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y
prometió que, de ser reelegido, le devolverá la solemnidad al cargo de
presidente.
Pese a sus promesas y advertencias, Sarkozy podría
sumar su nombre a la larga lista de mandatarios europeos que debieron
dejar su cargo por la crisis que sacude a la Eurozona.
Además, el
desempleo en Francia está en su mayor nivel en 12 años, la economía del
país se desaceleró y el poder adquisitivo de la gente disminuyó en gran
medida.
A todos estos temas el mandatario había prometido
solucionarlos durante su campaña en 2007, por eso varios analistas
afirman que será castigado en las urnas.
Por todo eso, estas
elecciones son vistas también como un forma de medir el malestar con la
Unión Europea (UE) y las medidas impuestas por el bloque continental
para intentar salir de la profunda crisis.
Cruzaron el país a pie. Una
marcha nacional de “indignados” llegó ayer a París tras atravesar a pie
suelo galo desde Toulouse, desde donde salieron a principios de marzo.
Al llegar a la capital, rodeados por un fuerte operativo de seguridad,
los 400 “indignados” se dirigieron a los Campos de Marte, al pie de la
Torre Eiffel, para intentar instalarse, pero la policía evitó que
acampen en uno de los principales monumentos de la ciudad.
Numerosas actividades se encuentran previstas de cara al primer aniversario de la creación de este movimiento nacido en España.
Los otros cinco
Sin chances. Además
de los cinco candidatos más visibles, hay otros cinco que difícilmente
superen entre todos el cinco por ciento de los votos. Se trata de la
ex jueza Eva Joly, por la alianza ecologista; el conservador católico
Nicolas Dupont-Aignan; los trotskistas Nathalie Arthaud y Philippe
Poutou, y el candidato del Partido Solidaridad y Progreso, Jacques
Cheminade, nacido en Buenos Aires hace 70 años.